zapatos sucios

Zapatos sucios
Encontraron junto a sus prendas moribundas
Aguas congeladas
Colgando de su amargada mirada.
Y nada más bastó para dar en conclusión
Que aquel fatal desenlace
Se debió a una falsa ilusión.

En aquel callejón sin salida
Permaneció, según testigos
Semana y media entera
Aguardando aún tras el frío

De un más típico invierno.

Ella no buscaba marido
Solo entretención
Y él la seguía aún sabiendo
Que todo era una falsa ilusión.

Zapatos más que sucios
Encontraron junto a una vieja colección
De artistas no escuchados
Por que él murió.

Pero un café él se llevará en su corazón dormido
Cuando la vio sentada junto a un hombre
Que según él, ella nunca amo.

Por lo que me contó doña Charlote
“Siempre fue pobre…era un muerto en vida
Todo un ser extraño y sin nombre…”

Su cuerpo fue fotografiado
y sacado del lugar.
La autopsia arrojó
Un enorme hielo en su interior.

Nada serio para un mendigo de años…

Ella ignoró por completo lo sucedido
A pesar de los rumores de la gente.
Le temía, sabía que siempre se detenía
A observarla por largos ratos…

A paso muerto

No puedo hablar, me ataron las manos de la boca/ Me conformo con mirar, los ojos se me arrancaron para no perder tu rastro/ Te quiero por que el corazón un día nació para revivirte en su sangre/ Avanzo a paso muerto…/No puedo hablar, ahora me cortan de las energías para luchar/ Me conformo con percibir tu presencia, la intuición huye en las tardes a tu venida/Te quiero por que del entendimiento un día me perdí y hoy te siento hasta en mis pasos muertos.

D a m e

Dame de tu droga, de aquel veneno que cada noche consumes.
De ese alcohol que mata en ti todo buen comportar.
Dame de tus besos, de esos que provocan las más locas conductas.
De esa excitación que me encierra en la obsesión de conquistarte.
Dame de tus caricias, de aquel fuego que solo tú en mi avivas.
De esos empujones a colchones poco decorosos.
Dame de tu sexo, de aquella gota de ardientes motivos.
Para hacerte el amor.

Matanza

Mesa, silla, gato, encierro.
libro, lápiz, pluma, hierro.
nieve, lluvia, granizo
y todo se deshizo.

Corte, rasgadura, herido a fuego
suelo, techo, cuadro tercero.
Alfombra, cortina, amor y ego
acábese todo lo hecho.

Palabras, oraciones y versos
blanca, negra, la noche
corbata extraviada, camisa manchada
con tus besos.

Té, café, bebida
cigarro, droga, cocaína.
Música, canto, grito
todo vuélvase tanto ruido...

Mujer, hombre, lobo
cama, tierra, lodo.
luz, ampolleta rota
tú completa en la bolsa.

De mi alma

... tóxica y enfermante como las rocas que cubren tu pecho
de las olas que arrogantes desean llegar a tus costas solo a bañarte
del chocolate que al acariciarte tornase flameante su bandera
en el barco, la proa, tú entera.

Corren las gotas de sudor entre mis botellas que de tus manos huyeron
al no ser más fuertes que tus caderas, que tus piernas,que toda tu silueta.
Eres la espina de mi alma que envenenada finje hasta el orgasmo más brutal.
eres la parte íntima de mis escombros que por mi hombros flojos cayeron junto
a las palabras, que expulsaba tu boca, ese eterno éxodo al vacío.

Me clavo con los huesos de las piernas que tomadas a mi manera forman
tu maldad. Exprimo de la mente de tus venas, esa idea de lentitud, de ir contra la corriente aun cuando tus parpadeos te arrojan contra la pared.

En movimiento

A toda velocidad junto a seres sin antecedentes en mi memoria.
En movimiento, como desorbitados del planeta, fuera de control.
Dicho de digno viaje, no era amor.

En marcha contra la ventisca, a cielo descubierto,
con la piel partida, con el alma herida,
sonríamos ebrios mirando hacia el sol.

Detuvimos nuestras alas como queriendo descansar,
pero, posamos frente al alba solo a respirar.
A disfrutar de ese rock y drogas
que solo nuestros antepasados reconocen como tal.

A toda velocidad desinhibidamente sin antecedentes de mis ancestros,
que detuvieron mi partida.
Éramos lágrimas de sudor y agotamiento mental,
por las mañanas y las noches, cortas y largas, viejas y actuales.
No mentiras en carreteras, perecederas en nuestras retinas.

Sólo un vuelo sin destino, sin enemigos, nada dañino.
No alimentos, no agua, sólo indicios de algo que va a suceder...
más, un deseo sin aliento.

Creo tener tiempo...

Creo tener tiempo para buscarte
y sacarte de entre la luna y mil mares.
Embriagarme,
en tu piel, en tu ser,
de tu sexo.

Creo tener tiempo para resguardarte
y cobijarte con mi manto en sangre.
Velar tus sueños,
hasta ahogarme.

Creo tener tiempo para detenerte,
y estrecharte con mis brazos.
Oír tu llanto,
calmarte.

Creo tener tiempo para dejarte
y olvidarme del recuerdo,
quemante.