El camino por un lado era gris
y por el otro no recuerdo
Montábamos a caballo a comenzar la estación
y casi enfermo.
La edad iba lento y a veces a toda marcha,
Vislumbré a lo lejos una mancha…
La vista quizá me engaña con la locura,
Pero sobrevivo mientras no sea tortura
Envolver entre cenizas las fracturas
De este hormigueo lento y prematuro
Que escala poco a poco entre las cuerdas
De estas piernas amoratadas por los ataques
De la negra que a veces de mi busca.
Busca busca hasta en mis pestañas
Aunque sea trozos de malas mañas
Descuartiza mi intelecto
Se entretiene explorando en mis defectos.
Mas no es razón para llevarme
Ni hacer que me olvide de mi sangre,
De mis caminos.
No sé si es la tristeza o las hojas secas
Sobre las que duermo
las que me obligan
A cubrir de blanco mis infiernos.
No se aproxima la guerra y el camino ya florece
Entonces ¿qué sucede?
Me muero entre las bestias de esta vida
Siento como se me despellejan los cueros
Como me muerden los dientes
Los pies porque no muevo.
No hubo alcohol entre mis venas
Ni olvidos ni cadenas.
Pero la muerte no exagera
Y el camino ya ennegrece
El andar que miles de veces
Hice a la mala gana.
Ya la mancha se ha acercado
Lo suficiente para darme el recado.
No me quedan manos con que cubrirme los oídos,
Respiro por la boca, que ya cara no me queda.
Por el cuello siento que me corta
Las ideas de defenderme ante mi hora.
Olvidé que esperaba consuelo
¡Qué tonto!, mordí el anzuelo
Por el estómago, creo.
Y ya no pude pensar más…
sábado, 12 de junio de 2010
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Escribes bien,aunque con faltas de ortografía.
ResponderEliminarAún así tus poemas tienen espíritu.